Galia Blanco comenzó a pintar muy pronto. A los 13 años expuso por primera vez. Licenciada en Periodismo, ha publicado numerosas críticas de arte en el Diario El Mundo Galicia, El Mundo del Siglo XXI, y en la revista Galicia, entre otras y fue directora de Comunicación de la Fundación Eugenio Granell.
Galia se crió entre artistas. Músicos, pintores, cineastas... eran familia, amigos y visitas habituales. Hija de la primera generación de divorciados de España, tras cuarenta años de dictadura, se crió con su madre, sin televisión, y jugando con los adultos a hacer cadáveres exquisitos o publicar revistas inviables aunque llenas de entusiasmo. Desde niña hizo pequeños trabajos en cine (protagoniza un corto con 8 años), teatro, talleres de videocreación... y publicó poemas y relatos, siempre alentada por un ambiente creativo, que desde muy pronto y para siempre estuvo unido al artista Antón Sobral, quien le enseñó nuevas formas de disfrutar del arte y puso nombre y teoría a lo que ella había intuído.
Participó en varias exposiciones colectivas e hizo algunas individuales, la primera en el Hispano 20 en Santiago, a los 16 años, después en el Ateneo de Ourense y la Casa da Cultura de Pontevedra, en 2003. En 2007 expuso en el Centro Social Caixanova, en Vigo y participó en el II Certamen de Artes Plásticas de Navacerrada. Tiene obra en la Colección Caixanova.
Hasta el 30 de diciembre de 2008 expone en la Casa de Galicia en Madrid.
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X. Antón Castro.
El Pop ha asociado su supervivencia o sus continuas recurrencias al mismo acto salvífico de la pintura y, como filosofías estéticas que marcan momentos artísticos –tal ha sucedido con el Surrealismo, que no es un estilo, sino una forma de pensar, de escribir, de hacer arte o de vivir -y así lo explicaba hasta el final de sus días uno de sus grandes protagonistas, Eugenio Granell-, ha descrito un horizonte que trasciende su sacralidad laica de los años sesenta. Los textos de Arthur Danto no han hecho más que recordarlo a lo largo de los últimos quince años y las Brillo Box de Andy Warhol han sido su revolución en la tierra, en el 64, con la exaltación de los significados por encima de los significantes formalistas del modernismo de Clement Greenberg. He ahí la cuestión: Danto quiere mostrarnos que el inventor de la cajas de Brillo logró convertir en arte los objetos e iconos de la experiencia cultural del común de los mortales*1.
Definitivamente el Pop nos dejaba ver entonces el final de un arte y nos proponía un acercamiento a la vida real, frente a la teoría del gusto onanista de la dupla Kant-Greenberg, con el fin de aquellos relatos, en el marco de una post-historia estética, definida por la filosofía. Y aquí penetran una serie de lenguajes y de respuestas pragmáticas de
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